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Cuello de Computadora

Cuello de Computadora

Parte 3 de 4 – Por Patrick Johnson

¿Qué vamos a hacer con estos profundos hábitos posturales cuando nuestro trabajo involucra estar sentado de manera prolongada y utilizar la computadora? ¿Es posible que podamos romper estos hábitos? La respuesta es sí, pero no es tan simple como pudieras pensarlo.

A medida que mejores trabajando en tu postura comenzarás a notar este “cuello de computadora” todo el tiempo. Consigues estar muy bien organizado frente a la computadora con las mejores intenciones, y varios minutos después estás jalando tu cabeza atrás. Es un hábito pernicioso que probablemente tiene algo que ver con el hecho de que una actividad tan altamente enfocada como el trabajo con la computadora no es particularmente natural dado el hecho de que nuestros cuerpos evolucionaron como cazadores-recolectores.

Antes que podamos resolver este problema debemos aprender primero sobre los 3 hábitos posturales negativos. Para mí, estas son tres (de muchas)  posibles ‘trampas’ posturales en las que la mayoría de nosotros caemos cuando tratamos de cambiar la forma de sentarnos que genera el “cuello de computadora”. 

Trampa 1: (photo de la izquierda) Sostenerte a ti mismo en la posición ‘correcta’. Todos hemos hecho esto, verdad? Piensas para ti mismo “Aquí estoy en control y no voy a permitir que la cabeza vaya adelante y abajo”. Tensas los músculos en tu cuello y hombros. Este tipo de apariencia se ve bien en una postura al estilo militar, pero si estás estancado en esta trampa, definitivamente te espera un serio dolor de cuello y hombro, independientemente de que tan ‘bien alineado’ puedas lucir.

Trampa 2: (photo de la derecha) Pensar que relajar es igual a colapsar. Quizás ya has pasado por la trampa 1, por lo tanto tratas de relajarte tanto como sea posible, imaginando que tu cuerpo resolverá los detalles. Desafortunadamente terminas relajando los profundos músculos posturales que necesitas para mantenerte arriba, y toda tu columna cae hacia adelante, nuevamente hacia un colapso.

Trampa 3: Desestimar la importancia del pensamiento. Separas el problema del lado físico (manteniendo tu cuerpo en el lugar correcto) y del lado mental (haciendo tu trabajo). Pero como hemos explicado, solo el pensamiento de concentrarte combinado con la respuesta de estrés automáticamente jala tu cabeza hacia adelante y abajo. Si separas todo en compartimientos seguramente comenzarás una batalla contigo mismo – una parte de ti diciéndote que jales adelante y abajo y la otra jalando atrás – una vez más terminando rígido.

¿Confundido? Esto es porque los problemas posturales son tramposos, por lo tanto podrías estar un poco confundido. Pero con un mejor entendimiento de estos problemas, puedes comenzar a implementar apropiadamente la solución.

Próxima semana: en el post final de esta serie veremos cómo resolver el cuello de computadora.